Escuelas de ciclismo, instituciones más allá de la competición

21 noviembre, 2018

Las bicicletas son el instrumento deportivo más extendido en los hogares españoles según el último Anuario de Estadísticas Deportivas del Consejo Superior de Deportes (CSD), más incluso que los balones de fútbol, pero las estructuras más volcadas con la infancia no ven ese alto porcentaje traducido en licencias.

Las actividades extraescolares que hoy en  día se le proponen a las familias son variadas y numerosas. Actividades que tocan las más diversas temáticas y que van desde la actividad física hasta ocupaciones más creativas. Música, pintura,… Y deporte, mucho deporte. El ejercicio  cuenta con una generosa  ración de propuestas. Muchos deportes ‘compiten’ dentro de esta amalgama de ofertas que, a su vez, se reparte en múltiples categorías. Una convivencia donde no falta el ciclismo. Las bicicletas, según datos del CSD en la sexta edición de su Anuario de Estadísticas Deportivas, tienen una gran presencia en los hogares españoles. Un 63% de los hogares españoles tienen al menos una bici en casa. Hay más monturas que balones. Incluso el ciclismo, según este mismo estudio, es la cuarta modalidad deportiva más practicada en los hogares españoles por detrás de la gimnasia, el fútbol y la carrera a pie.

Pero esa presencia de implicaciones más recreativas y ociosas no tiene una correlación directa con el número de licencias, ni en la cúspide de una hipotética pirámide ni muchos menos en la base, el manantial de los talentos del futuro. En edades tempranas la bici a veces es más un elemento de juego, a más pequeña escala un medio de transporte, que una herramienta de competición. El ciclismo, dentro de la Memoria de Consejo Superior de Deportes de 2017 relacionada con el número de licencias y clubes, no está entre los diez primeros. Cierto que esos datos abordan la globalidad de esta actividad, desde las escuelas hasta los equipos profesionales pasando por los diferentes tipos de licencias ofertadas por las federaciones territoriales.

El ciclismo en la categoría de escuelas presenta otro hándicap: frente a otras actividades que se desarrollan siguiendo fielmente el calendario escolar, el calendario ciclista a nivel de competiciones de escuelas se desarrolla durante el año natural. Muchos chicos y chicas tienen sus tareas ya planificadas desde septiembre y octubre. El ciclismo, su práctica a través de una escuela, llega tarde y también puede contar con un elemento distorsionador: el que puede parecer una captación pura y dura para la competición.

“Y no, no es así”, indica Álvaro García, uno de los responsables de la Escuela de Ciclismo de la Fundación Alberto Contador. “No estamos encontrando que desde fuera se tiene esa imagen, el de ser una escuela enfocada a la competición o al ciclismo de carretera. Es innegable que el nombre de Alberto Contador puede estimular esas percepciones. Pero esa idea de la escuela puede hacer que practicantes de mountain bike, o gente que quiera practicar en el ciclismo sin más, no vengan. O incluso la influencia de la seguridad vial, ese respeto que puede darle la carretera a cualquier padre o madre”.  El número de inscritos en esta escuela se mantiene constante desde el nacimiento de la misma, oscilando entre los 35 y los 37 cada año. El coste de la inscripción, donde se incluye la licencia federativa, la equipación y el trabajo de los monitores (con cuatro horas semanas repartidas en dos sesiones, una los martes y otra los jueves), asciende a 150 euros. “No es una cuestión de competir con otras actividades extraescolares u otras escuelas de ciclismo, en absoluto, porque todos caminamos en una misma dirección educativa y formativa”, aclara García.

“A veces se asocia una escuela de ciclismo con la competición y no es necesariamente así, creo que es necesario generar un cambio de mentalidad en ese sentido; o en pensar que es una escuela donde sólo se puede ir con bici de carretera, también incierto porque en nuestra escuela realizamos salidas con bicis de carretera y mountain bike dependiendo de la época del año y, en cualquier caso, quien no dispone de bici de carretera viene con la que tengan con el resto de alumnos”, aporta por su parte Félix García Casas. “Nosotros en nuestra escuela no promovemos la competición, ni tan siquiera le decimos a los chavales que hay carrera tal o cual día. Eso es algo voluntario que deciden las familias y  donde siempre hay alguien de la Fundación presente. El verdadero punto fuerte de la escuela es el de la promoción  y práctica de la bicicleta como medio de ocio, de transporte y de iniciación al ciclismo”.

Patrocinadores

Colabora